La sostenibilidad empieza en casa, con acciones simples que marcan la diferencia. Apagar las luces cuando no son necesarias y cerrar el grifo mientras nos cepillamos los dientes no solo ayudan a cuidar el planeta, sino que también son esenciales para evitar posibles racionamientos de energía y agua en el futuro. El desperdicio de estos recursos tiene un impacto directo en nuestro entorno y puede llevarnos a situaciones de escasez que afecten nuestra calidad de vida. Adoptar hábitos responsables hoy es clave para garantizar un futuro más sostenible para todos. ¡Cada gesto cuenta!